lunes, noviembre 12, 2007

Pereira: visión regional

Las elecciones ya pasaron, ahora vienen 4 años de gobierno, el Presidente de la República ha llamado a todos los sectores a construir una visión con horizonte en 2019, fecha en la que se celebrarán 200 años de la emancipación de la Corona Española por el pueblo colombiano. 

La ‘Visión 2019’ de esta región —sin límites definidos— debe expresarse como la conexión a los circuitos internacionales del comercio y el desarrollo, debe reconocer la condición de Pereira y del Eje Cafetero como ‘centro de centros’. 

Somos el centro del triángulo Bogotá-Medellín-Cali, es decir que somos el centro de Colombia; también somos el centro del corredor Guayaquil-Caracas, nombre dado al fenómeno urbano mundial conformado por un archipiélago de ciudades entre esos extremos, que forma una constelación con más de 25 millones de habitantes; no más de 10 regiones en el planeta comparten esta característica. Si miramos en un mapa mundi, se nota que dicho corredor es el centro de América -desde Canadá hasta La Patagonia- y además, el centro entre los hemisferios este-oeste. En conclusión, somos centro de centros. 

Un ejemplo: el puerto de Buenaventura o la zona de Tribugá están en promedio a 9400 kilómetros de los principales puertos del mundo; por el contrario, Sydney está a 13000 kilómetros y Shangai a 12000 kilómetros. Los dos puertos colombianos sólo son superados en cercanía por Anchorage (Alaska) con una distancia de 8700 kilómetros y Memphis con 8300 kilómetros. Así mismo, entre Pereira y Buenaventura sólo hay 230 kilómetros, mucho menos que los 260 kilómetros que separan Valledupar de Barranquilla o los 300 kilómetros entre Montería y Barranquilla. Nótese que inequívocamente, monterianos y vallenatos se autodenominan ‘costeños’. Estamos de acuerdo con ellos, nosotros también somos ‘costeños del Pacífico’. 

El liderazgo y la formulación de los proyectos que pretendan aprovechar la condición de ser ‘renta de posición’ no la redactarán en la oficina de Planeación Nacional, menos en Medellín ni en Cali ni en Washington. Asumir la importancia que tiene el Eje Cafetero en la consolidación de la megalópolis Bogo-Me-Ca (el área comprendida por Bogotá-Medellín-Cali) es tarea de la dirigencia local. 

Participar activamente en la formulación de proyectos con vista a consolidar y liderar esta región nos debe convocar a todos. Como lo decía el profesor Porter cuando visitó nuestro país en septiembre de este año: “Colombia necesita una fertilización cruzada entre el sector público, privado y la academia”. Son ejemplos de esta fertilización: el renacimiento del Japón en la posguerra, la actual Irlanda que de ser un país agrario a mediados del siglo XX pasó a ser una potencia en microelectrónica y software, o el proyecto ‘Innova’ en Barcelona, una red de empresas asociadas a la academia con el objeto de hacer más productivos los cluster catalanes. 

Mientras que Europa se une para formar una nación ‘paneuropea’, multilingüe, multicultural, supraterritorial; y mientras los Estados Unidos ya son eso, unos estados ¡unidos!, cuyas ideas ya son grandes sueños realizados: la conquista del espacio, la longevidad, grandes centros de investigación, en el Eje Cafetero y sur occidente del país las competencias son desuetas y anacrónicas. 

Sugerimos una alianza estratégica entre academia, sector privado y sociedad civil que formalice una visión prospectiva de región, un sueño colectivo, una oficina de internacionalización, un proyecto de City Marketing, un sistema de transporte regional, un sistema de conexiones a los grandes centros urbanos usando trenes rápidos, el desarrollo de los puertos del pacífico, usar el Río Cauca como eje del desarrollo regional, una ‘Caucapolis’, con 2.5 millones de habitantes, un sistema de aeropuertos como en Londres que hay 6 aeropuertos alrededor de su área metropolitana, en fin, como se dice en Cuba, a la hora de hacer, no es la hora de aprender. 

La disyuntiva no es si Armenia tiene un puerto tal o Manizales un aeropuerto cual. En el caso de los aeropuertos, por ejemplo, la competencia la tenemos con Panamá; en puertos marítimos con Manta (Ecuador), y en la ubicación céntrica continental, con Miami; en el predominio global, con Shangai. 

Debemos aprovechar nuestra posición como Dubai, Memphis, Anchorage, Londres, Barcelona, Lyón, Zaragoza o Bilbao y hagamos de las ventajas comparativas, ventajas competitivas. Ciudadanos y dirigentes: ¡A desalambrar! 

Ejemplos de ejercicios de prospectiva con amplia participación ciudadana, tenemos en Medellín, y en el ámbito internacional, son iluminadores los planes de Barcelona, Zaragoza y Bilbao quienes, de ser ciudades intermedias en la floreciente España a mitad del siglo XX, ahora son regiones de importancia global. A propósito, Zaragoza se encuentra en el triángulo formado por Madrid, Barcelona, Bilbao y tiene una población de 700 mil habitantes. Mucho parecido con nuestra Área Metropolitana Centro Occidente —AMCO—. 

El proceso de prospectiva o construcción de un sueño tiene tres partes: una fase inicial en la que se invitan expertos para realizar una primera aproximación sobre la base de un diagnóstico local amplio y completo. Segundo, los especialistas formulan un sueño o unas metas generales y sectoriales en objetivos del milenio —salud, educación, inclusión, brecha digital, otros—, infraestructura regional y equipamiento para una conectividad internacional en puertos y aeropuertos; y por último, unas metas en competencias de la sociedad: niveles de educación superior, capacitación de fuerza laboral, investigación, desarrollo y ciencia. 

En esas metas generales y sectoriales, el sueño se expresa de una forma cautivante, poética si se quiere, con alto valor comunicativo; también se desarrolla una campaña de medios en la que se formule una invitación a formar parte de grupos de trabajo desde los niños en la escuela, pasando por jóvenes en las universidades, además de las empresas, los desempleados, los informales. Una amplia participación enriquece la ‘idea de región’, el sueño. 

Por último, con las ideas, iniciativas, objetivos y metas recogidas en las diferentes mesas, se vuelve a convocar a los expertos para afinar la propuesta. El resultado final debe redactarse y formularse como una ‘película’, debe ser bella y bien presentada. 

Pereira tiene un norte, ha desarrollado vocación comercial, explota un potencial turístico, inicia una oferta de salud, mantiene una importante producción de café, pero casi todo lo anterior se hace porque mi Dios es muy grande. Ni Carrefour, ni Éxito ni Home Center llegaron aquí por una estrategia surgida de las oficinas públicas. Así mismo, podemos decir que el sector turístico surgió de una estrategia privada, un poco desordenada, dando tumbos entre ensayo y error, y de igual manera, sin liderazgo público. El caso de la salud se ha presentado de una manera similar. Los almacenes de superficie están aquí porque sus estudios de expansión así lo apuntaron, y el café mantiene la dinámica por sus propias instituciones. 

Pereira puede considerarse como la ciudad más representativa de esta región, es como una especie de capital cuyos linderos no terminan en el Río La Vieja. Más bien, se integra con el Valle a través del Río Cauca. A futuro, puede ser un fenómeno social y económico materializado en 2.5 millones de habitantes que demanda servicios de su capital: 15 mil estudiantes universitarios que exigen más y mejor oferta educativa, ocupa el cuarto lugar en la lista de regiones metropolitanas más importantes de Colombia, y es una de las 15 más significativas de América latina, todo esto en un radio de 50 kilómetros. 

Necesitamos líderes con visiones a largo plazo, integrales, cautivantes, con poder de convocatoria, políticos en el sentido profundo de la palabra. 

Gobernador, Alcalde de Pereira, alcaldes de la región, diputados y concejales tienen la palabra por 4 años. Un siglo no es nada, son sólo 25 períodos de alcalde. 

Una visión prospectiva, un sueño que concite a todos es la tarea, es nuestra tarea, moviendo (la) tierra, tal como ayer. 

Publicado en:  La Tarde, Magazín del sábado 10 de noviembre de 2007: